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26.7.11

De pronto un grito destemplado a mis espaldas hirió el silencio.

Como una aparición vi a la “loca Vicenta”. Una mujer bajita de mirada desorbitada y pelos desgreñados que de vez en cuando aparecía por el barrio aterrorizando en su locura a todos los pibes. Saltando como un pájaro herido atravesé el pasillo interminable con mis patas de rana oyendo los alaridos de la loca Vicenta que me perseguían como perros rabiosos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

He pegado un salto hacia atrás repentino, en un instante...al contemplar tu fantástica y completa sensación de la infancia en estas palabras y en esta maravilla de obra.
Todo un mundo paralelo al de los adultos pero tan diferente.
gracias, un abrazo.

luis scafati dijo...

Balbi,a veces siento que quienes realizamos un trabajo artístico, llevamos ese niño intacto, un abrazo.